En algún rincón del bosque lluvioso costarricense, entre el canto de las aves y la niebla que danza entre los árboles, nació Selva Color.
Más que un hospedaje, este proyecto es una declaración de respeto: hacia la naturaleza, hacia el tiempo, y hacia quienes buscan reconectar con lo esencial.
Ubicado en la finca Bosques Margarita —una antigua tierra ganadera que hoy respira como un bosque reforestado— Selva Color es un refugio íntimo donde el lujo no se mide en metros cuadrados, sino en el espacio que se le da a la calma.
Son mas de 10.000 m² de selva regenerada, cada paso se siente propio, cada rincón invita a bajar el ritmo, y cada ventana abre un cuadro vivo de verde y luz natural.
A minutos del océano, pero rodeado de silencio, Selva Color es una pausa profunda en medio del mundo.
Vení a respirar diferente. Vení a dormir con la selva.